Sonja Möderndorfer
Para mí, el alpinismo no es una competición, sino una profunda pasión en la que pongo mi corazón y mi alma.
Me llamo Sonja Möderndorfer y tengo 29 años.
Crecí con mis dos hermanos y mis padres en una parte idílica de Carintia, justo al pie del monte Dobratsch, en el valle de Gail, un lugar verdaderamente hermoso. Desde pequeña, me fascinó la belleza natural de mi entorno y la imponente presencia de las montañas, que siempre me impulsaban a salir al aire libre. La naturaleza intacta en este encantador rincón de los Alpes despertó en mí una gran curiosidad y un espíritu aventurero. Con la energía inagotable de una niña, mi madre, siempre cariñosa y generosa, solía llevarme a largas caminatas. Gracias a ella, tuve la oportunidad de adquirir valiosas experiencias en la montaña desde una edad temprana.
Impulsada por una profunda sed de conocimiento, a los 14 años aspiraba a escalar montañas más altas y soñaba con conquistar algunas de las cumbres más bellas de los Alpes.
Actualmente, trabajo a tiempo completo en el departamento de urgencias del Hospital de Innsbruck. Mi trabajo es muy exigente, requiere mucho tiempo y a menudo es un desafío. Sin embargo, trato de aprovechar al máximo cada momento libre dedicándome a la naturaleza. El deseo de enfrentar nuevos desafíos alpinos crece dentro de mí cada día. Por ello, desde 2017, soy voluntaria en el servicio de rescate de montaña local, donde he podido adquirir valiosas habilidades alpinas. La formación dura un total de cuatro años, durante los cuales se aprende a orientarse en la montaña, a dominar diversas técnicas de rescate y a aplicarlas incluso en condiciones climáticas adversas.
Hace algún tiempo comencé a practicar parapente, para ver más de nuestra hermosa región desde las alturas.
Desde hace algunos años, mi leal perra Ylvie, una Husky siberiana, me acompaña en todas mis aventuras. Siempre está a mi lado, ya sea en mis caminatas por la montaña o en la vida cotidiana.